Time Timer Retro Eco Edition Water kid playing mother

El tiempo puede ser un concepto complicado para los niños. Cinco minutos cepillándose los dientes pueden parecer una eternidad, mientras que treinta minutos frente a una pantalla pasan en un abrir y cerrar de ojos. Si alguna vez has oído “¡Eso solo ha tardado dos segundos!” después de pedirle a tu hijo que ordene, o “¿Ya? ¡Pero si acaba de empezar!” cuando llega la hora de dejar de jugar, sabes lo difícil que es para los cerebros jóvenes entender cuánto tiempo duran realmente las cosas.

¿La buena noticia? La conciencia del tiempo es una habilidad. Y como cualquier habilidad, se puede enseñar y practicar con un poco de paciencia y las herramientas adecuadas.

Entender cuánto tiempo realmente llevan las tareas ayuda a los niños a:

  • Crear rutinas realistas 
  • Pasar más fácilmente de una actividad a otra 
  • Fortalecer su independencia 
  • Sentirse más dueños de su día 

También es una parte clave de las funciones ejecutivas, esas habilidades cerebrales que nos ayudan a planificar, concentrarnos y gestionar el tiempo de manera efectiva 

Uno de los mayores retos para los niños (especialmente para aquellos con TDAH u otras diferencias en las funciones ejecutivas) es que el tiempo es invisible. No se puede tocar ni ver. Ahí es donde entran los temporizadores visuales.

Un temporizador visual, como el Time Timer, muestra el paso del tiempo de una manera clara y tangible. Cuando el disco rojo se va haciendo más pequeño, les da a los niños una señal visual de cuánto tiempo queda. Convierte lo abstracto en algo que pueden entender.

Prueba esto:
Usa un Time Timer durante las rutinas diarias, como cepillarse los dientes, vestirse o leer. Empieza configurándolo para el tiempo que debería durar la tarea. Con el tiempo, comenzarán a asociar esa imagen visual con la duración real de la actividad.

Convierte el sentido del tiempo en un juego o experimento. Pregunta: “¿Cuánto crees que tarda en vaciarse el lavavajillas?” Luego cronométralo juntos. Esto ayuda a desarrollar su reloj interno y les enseña la diferencia entre lo que creen y lo que realmente tarda.

Puedes probar esto con:

  • Recoger los juguetes 
  • Terminar los deberes 
  • Prepararse para acostarse 
  • Preparar la mochila 

Consejo extra: Anota las estimaciones antes de empezar y luego compara con el tiempo real.

Los niños se benefician de la estructura, pero aún más cuando esa estructura incluye anclas de tiempo. Estos son puntos de referencia constantes en su día que les ayudan a construir un sentido de secuencia y duración.

Ejemplo: 

  • “Jugaremos con los bloques durante 10 minutos, y luego será la hora de comer.” 
  • “Tienes 5 minutos de tiempo tranquilo, y después leeremos un libro.” 

Las anclas, combinadas con un temporizador visual, les ayudan a ver el paso del tiempo y a sentir lo que realmente son 5, 10 o 20 minutos. 

Cuando tu hijo acierta con la duración o termina con éxito una tarea en el tiempo establecido, ¡celébralo! 

  • “¡Guau! Dijiste que tardarías 10 minutos en prepararte, ¡y acertaste justo!” 
  • “¡Mira qué rápido has recogido! Solo has tardado 3 minutos.” 

El refuerzo positivo fortalece la confianza y les anima a seguir practicando. 

El tiempo es un concepto difícil, incluso para algunos adultos. Los niños aprenden a ritmos diferentes, y eso está bien. El objetivo no es ser exactos, sino ayudarles a crear conciencia y responsabilidad sobre su día.

Con constancia y apoyo, tu hijo empezará a sintonizar mejor con el tiempo y a sentirse más capaz de gestionarlo. 


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Cómo ayudar a los niños a aprender cuánto tiempo duran las cosas

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